Texto originalmente publicado en Corriendo la voz el 28 de diciembre de 2017
En los 80′ la editorial Hyspamerica, mediante la española Ediciones Orbis, lanzó una colección llamada Biblioteca de Ciencia Ficción. Muchos de esos libros ya son clásicos del género. Algunos se consiguen en ferias o en librerías de usados. No obstante, más de uno se transformó en verdadero objeto de culto y colección. Ese es el caso de Tropas del Espacio y Forastero en Tierra Extraña de Robert A. Heinlein.
Heinlein ya era un autor reconocido en el ámbito de la ciencia ficción, especialmente en Estados Unidos, su país de origen. En 1956, su novela Estrella Doble había sido premiada con un Hugo, máximo galardón en este género literario. Repetiría tal logro en 1960, 1962 y 1967. En este artículo prescindiremos de dos de sus obras premiadas: Estrella Doble (1956) y La Luna es una cruel amante (1967). En cambio, nos detendremos en las novelas premiadas en 1960 y 1962. Hablamos de Tropas del Espacio (1960) y Forastero en Tierra Extraña (1962).
Dos novelas polémicas, controversiales, difíciles de digerir e incluso, a simple vista, contradictorias entre sí. Inclusive, parecen de autores diferentes. Hagamos un contrapunto entre ambas para ver a dónde nos llevan.
Por un lado, Tropas del Espacio cuenta la carrera militar de Jhonnie Ricco dentro de la Infantería Móvil, una unidad militar futurista que combate en el espacio mediante un gigante exoesqueleto comandado a propulsión. En 1997, Paul Verhoeven adaptó la novela a una versión para el cine. En las salas argentinas los espectadores festejaban ya que los enemigos de la Tierra hacían estallar a la mismísima Buenos Aires.
Los críticos de Tropas del Espacio arguyen que Heinlein utiliza a la novela para defender su ideología promilitarista, el castigo físico como medio de educación para los niños, la inutilidad de la democracia, el fascismo e incluso el racismo. Tal así que Tropas del Espacio es un libro recomendado entre los aspirantes al ejército norteamericano.
Veamos, por ejemplo, como el profesor Dubois, una especie de mentor de nuestro protagonista Jhonnie Ricco, defiende las diferentes tesis en las cuales se sustenta esa sociedad tan controversial.
Sobre la violencia, Dubois dice:
“La violencia, la fuerza bruta, ha arreglado más cosas en la historia que cualquier otro factor”.
Y es más, así defiende la violencia en la educación:
“No comprendo esas objeciones al castigo “cruel y extraordinario”. Aunque un juez haya de ser benévolo en sus propósitos, su sentencia ha de hacer que el criminal sufra o no hay castigo, y el dolor es el mecanismo básico, innato en nosotros merced a millones de años de evolución, que nos salvaguarda al avisarnos de que algo amenaza a nuestra supervivencia. ¿Por qué ha de negarse la sociedad a utilizar un mecanismo de supervivencia tan altamente perfeccionado?”.
También Dubois argumenta a favor de la guerra:
“El destino más noble al que un hombre puede aspirar consiste en poner su cuerpo mortal entre su amado hogar y la desolación de la guerra”.
En esta sociedad, existe el voto calificado. La ciudadanía que habilita el derecho al sufragio se logra gracias al haber formado parte de algún servicio militar. Veamos qué arguye Dubois al respecto:
“Hay una antigua canción que asegura que “las mejores cosas de la vida son gratuitas”. ¡No es cierto! ¡Es totalmente falso! Ésa fue la falacia trágica que produjo la decadencia y el colapso de las democracias del siglo XX. Esos nobles experimentos fallaron porque se había hecho creer a la gente que podían votar para pedir lo que querían, y conseguirlo sin esfuerzo, sin sudor, sin lágrimas”.
“La libertad jamás es inalienable; debe redimirse con regularidad con sangre de los patriotas, o se pierde para siempre”.
“Las democracias sin límites eran inestables porque sus ciudadanos no eran responsables de su manera de ejercer su autoridad soberana (…) No se hacían intentos para decidir si un votante era socialmente responsable al extremo de su autoridad literalmente ilimitada (…)».
«(…) Exigimos que toda persona que desee ejercer el control sobre el estado ponga en peligro su propia vida, y la pierda si es necesario, para salvar la vida del estado (…)».
Supongo que ya tenemos un panorama de por qué fue tan criticada esta novela. Son ideas como mínimo controversiales.
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Desde un punto de vista muy distinto, Forastero en Tierra Extraña también invita a la controversia. Esta novela no tuvo gran recepción en el público habitué a la ciencia ficción. Había temas allí que no eran los comunes en el género. Incluso, recibió duras críticas desde órganos gubernamentales. Fue prohibido por muchas dictaduras latinoamericanas y en España fue censurada. De hecho, fue el movimiento hippie y el flower power el que salvó a la novela del olvido, transformándola en un referente contracultural de la época. Veamos por qué.
El protagonista de la novela es Mike, un joven terrícola – hijo de los primeros exploradores enviados a Marte – que nació en Marte y fue criado por la sociedad del planeta rojo. Sin embargo, una vez obtenida su adultez, Mike viaja a la Tierra. Luego de un proceso de adaptación y de choque de paradigmas culturales, Mike funda una especie de religión que desafía a los pilares en los cuales se sostiene nuestra sociedad. Tan así, por ejemplo, que la frase que caracteriza a Mike y a sus seguidores es «Tú eres Dios». Dios ya no es un ser creador, único, omnipotente y Verdad absoluta, sino que todos somos Dios al mismo tiempo; la palabra, la verdad, está distribuida entre todo: “(Mike) predica que todas las criaturas vivas son Dios, colectivamente”.
Por otro lado, en el Nido (lugar de la iglesia), se cultiva una especie de amor libre: “Desvergonzados cambios de pareja, vida comunal y código anarquista… todo».
“Ese pobre suplente marciano afirma que el sexo debería ser un medio para el fin de la felicidad. Ben, lo peor que tiene la cuestión sexual es que la utilizamos para fastidiarnos los unos a los otros. Jamás debería hacer daño a nadie; debería proporcionar dicha, o, por lo menos, placer».
“Ahora llega Mike y dice: ´No es necesario que desees a mi esposa… ¡amala! Su amor no conoce límites, lo tenemos todo por ganar… y nada por perder, excepto el miedo, el pecado, el odio y la envidia'».
Así Mike y sus discípulos viven esta “libertad sexual”: “Ese ‘acercamiento’ mediante la unión sexual, esa pluralidad de la unidad, lógicamente no deja sitio para la monogamia. Puesto que ese congreso de intercambio sexual compartido por todos es básico en su credo».
Mediante una especie de autodisciplina que enseña Mike, pareciera que hasta los mismos pilares económicos del capitalismo podrían derrumbarse: “¿Cómo va a dar lecciones una maestra a unos chiquillos que saben más que ella? ¿Qué será de los médicos cuando todo el mundo esté completamente sano? ¿Qué pasará con las industrias textiles y del vestido cuando la ropa no sea necesaria (…) y a nadie le importa un comino que le vean desnudo?”.
También la disciplina de Mike parece que impactará en la maternidad y la sexualidad femenina: “¿Qué será de esa industria (la de los anticonceptivos) (…) cuando una hembra conciba sólo mediante un acto de voluntad, cuando esté inmunizada contra las enfermedades (…) desee el coito con una vehemencia que Cleopatra jamás pudo soñar… pero que cualquier macho que pretenda violarla por la fuerza caiga fulminado automáticamente si esa mujer absorbe que no es bueno el intercambio sexual con dicho individuo? ¿Cuándo se vean libres de culpa y temor… pero invulnerables?”.
Creo que estas citas dejan en claro la propuesta de Forastero en tierra extraña. Una sociedad de libertad sexual, sin ataduras morales ni materiales, donde hasta las mismas bases del capitalismo se ven conmovidas. Opino que se evidencia por qué el libro tuvo tan buen recibimiento entre el movimiento del flower power sesentista, pero tanta censura de parte de las dictaduras militares hispanoamericanas.
Entonces, por un lado, tenemos fascismo, voto calificado, la violencia como forma de educación y promilitarismo; y por el otro, libertad sexual, colectivismo, derrumbe capitalista y anti armamentismo. De un lado del ring, la recomendación de los marines norteamericanos; del otro, un referente contracultural de los sesenta. Menudo problema si consideramos que estas son ideas salidas de un solo escritor: Robert A. Heinlein.
No obstante, más allá de las historias y su estilo literario, Heinlein lleva al límite todo tipo de argumentos para cuestionar nuestras propias certezas ideológicas. Heinlein, visto en esta perspectiva, no se queda con una idea y ya, sino que la explora al máximo. Argumenta y contra argumenta, nos incomoda, nos expulsa de nuestra zona de confort intelectual. Pienso que con Heinlein no se trata de ser fascista o hippie, sino de cuestionar los pilares de nuestra sociedad, los cimientos de aquello que nos atraviesa y, en algún sentido, hasta nos da forma. Heinlein, con personajes como Mike o Dubois, destruye el molde que la cultura utiliza para transformarnos en lo que somos.
Hola, me ha encantado el análisis, aunque ambas historias me parecen bastante profundas. Lo he leído dos veces para poder captar los detalles del análisis. Ciertamente, parece ser un autor bastante controversial y, no me pudiera imaginar cómo sería el mundo y, cómo sería cada persona si se basara en esas creencias o llegara a ese limite.Muy interesante. Saludos!
ResponderEliminarHola, muchas gracias por el interés en el artículo. Heinlein a mí resulta más que interesante, así que si tenés ganas de leerlo seguro te servirá para seguir pensando de los límites en estas creencias. Saludos cordiales
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